Mi foto
Paraná, Entre Ríos, Argentina
Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.

miércoles, 17 de junio de 2009

¿No te pasa que a medida que va pasando el tiempo, vos te sentís distinto? Cuando somos chicos, lo único que nos interesa es jugar, aprender cosas, divertirnos, conocer otras personas de nuestra edad e ir a la escuela. Cuando ya vamos creciendo nuestros intereses y objetivos cambian, nos deja de interesar un poco la escuela, nos empieza a gustar alguien, nos emprezamos a juntar y salir con amigos. Y cuando ya alcanzamos la adolescencia, cambiamos totalmente. No nos interesa la escuela, lo único que queremos hacer es salir, tomar, divertirnos, comerse a cualquiera. ¿O no? Desde que cumplí años, me doy cuenta que soy una persona totalmente distinta a la que era antes, ¿qué me interesa? ¿cuáles son mis objetivos? Busco adentro mío y aún no encuentro respuestas para estas preguntas. ¿Por qué es tan difícil responderlas? ¿A caso ni nos conocemos nosotros mismos? Puede ser. A decir verdad, hay muchas partes de mí, de mi 'nueva' persona, que no conozco; me asombro de mis acciones, de mis respuestas, hasta de mi forma de ser. ¡Qué loco! Pero es la realidad, así somos, así cambiamos, tenemos que descubrir la persona que somos, sólos o con ayuda. Pero hay que hacerlo.