- Lucía
- Paraná, Entre Ríos, Argentina
- Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.
jueves, 17 de septiembre de 2009
Así es el amor, ¿no? A veces se gana, a veces se pierde; hay que saber resignarse también. Hay que saber cuando a uno le toca dar un paso al costado, porque eso también es amar. Cuando uno ama solo, cuando uno ya esta de más. En la vida uno se relaciona con muchas personas todo el tiempo y eso es vivir: relacionarse, elegir, elegir con quien quemes estar; elegir con quien no. Todos todo el tiempo estamos buscando algo, buscando un amor. Y el amor esta dentro del orden de las cosas que responden al azar. Si tenés suerte en la vida te podes cruzar con el amor, es casi un milagro. El amor es como una lotería: podés jugar toda la vida y ganar una vez, o no hacerlo nunca; pero, si lo intentás y no ganás, no tenés nada de qué reprocharte , lo que no tiene perdón es haber encontrado el amor, haber tenido esa suerte, y no haberla aprovechado.