Aceptar las cosas aunque duelan es la única forma de avanzar. Cuando aceptás y podés superarte, mejorás. Todo pasa hasta que llegás a la conclución de que no sirve de nada que te engañes. Te hacés creer a vos mismo cosas que no son, para poder 'tapar' eso que te duele. Cuando negás las cosas que duelen, te duelen dos veces, una cuando las negas y otra cuando te explotan en la cara. Porque tarde o temprano te explotan. Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio. Es difícil pero hay que ser valiente. Pensá que son pocos los valientes hoy en día. No le tengás miedo a lo que venga, o si, pero animate a enfrentarlo, no lo niegues. No tenés nada que perder.