Nos acostumbramos a vivir en departamentos, y a no tener otra vista que no sean las ventanas de alrededor. Y por que no tiene vista, nos acostumbramos a no mirar para afuera. Y por que no miramos para afuera nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas. Y por que no abrimos del todo las cortinas, nos acostumbramos a encender más temprano la luz. Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire… olvidamos la amplitud. Nos acostumbramos a despertar sobresaltados por que se nos hizo tarde. A tomar el desayuno corriendo por que estamos atrasados, a comer un sándwich por que no nos da el tiempo para almorzar a gusto. A cenar rápido, y dormir pesados sin haber vivido el día. Nos acostumbramos a esperar el día entero, y oír en el teléfono "hoy no puedo ir”. A sonreír… sin recibir una sonrisa devuelta. A ser ignorados, cuando queríamos ser vistos. Y si el cine está lleno, nos sentamos en la primera fila y torcemos un poco el cuello. Si la playa está contaminada, sólo mojamos los pies y sudamos el resto del día. Si el trabajo está duro, nos consolamos pensando en el fin de semana. Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, vamos a dormir temprano y quedamos satisfechos. Nos acostumbramos a ahorrar vida, que de a poco igual… se gasta. Y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir. Alguien dijo “La muerte está tan segura de su victoria, que nos da toda una vida de ventaja”.
- Lucía
- Paraná, Entre Ríos, Argentina
- Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.