
Siempre sin decir nombres, pero ¿a quién más le voy a escribir, si no es a vos? Pero de a poco, de a poco te das cuenta que ya no es un dolor... que son dos. Que ya no es una falta, son dos... son tres... son muchas. Y te la suma de todo te hace dar cuenta que ya no entras en dos renglones, en tres palabras. Te das cuenta que, el problema no es verte... es quererte. Que el problema fue habernos ido de la simplicidad de dos desconocidos. Todo este tiempo te sumé problemas, no quiero dejar de verte... quiero dejar de quererte... o por lo menos, de necesitarte.