[...] La parte mejor del hombre es la razón o como quiera que llamemos a aquella parte de nosotros que por naturaleza parece ser la más excelente y principal, y poseer la intelección de las cosas bellas y divinas. La razón es o algo divino o, ciertamente, lo más divino que hay en nosotros. Por tanto, su actividad será la felicidad completa. [...] Y si la razón es algo divino en relación con el hombre, también la vida conforme a ella es divina en relación con la humana. No hay que tener sentimientos humanos puesto que somos hombres, ni sentimientos mortales puesto que mortales somos, sino inmortalizarse en cuanto sea posible e intentarlo todo para vivir de acuerdo con lo más excelente que hay en nosotros mismos. Y parecerá que cada uno de nosotros consiste precisamente en esto, que lo principal es también lo mejor. Sería, por tanto, absurdo no escoger la vida propia sino la de algún otro ser. Y esto está de acuerdo con lo más excelente que hay en nosotros mismos. [...]
Aristóteles (384 - 322 a.C)