Detene el tiempo, parate a pensar en aquellos momentos que te han cambiado la vida. Sin saber como el destino hace que entren en tu vida personas, nuevas personas que te cambian todo... esquemas, planes, formas de pensar... te enseñan tanto, cosas raras, interesantes, cosas que si las piensas te hacen reír, incluso en aquellos momentos en los que una sonrisa es el más caro regalo que puedes hacer. Estando sola pensas tanto. Desde hace un tiempo pienso más que nunca que es el destino el que rige nuestras acciones, que si las cosas pasan es porque tarde o temprano tenían que pasar. También creo en el karma, si haces cosas buenas el destino te paga con cosas buenas, si haces cosas malas, el destino te las devuelve. Al igual que hay teorías filosóficas como el hedonismo que dicen que si tienes "x" años de mala suerte el destino te paga con "x" años de buena suerte. Y me parece lógico. Todos en este mundo tienen una filosofía de vida supongo...
- Lucía
- Paraná, Entre Ríos, Argentina
- Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.