Gracias mami, porque a medida que fui creciendo, siempre estuviste a mi lado, aún cuando yo no quería que estuvieras ahí. Gracias por tus consejos en los momentos difíciles, y por todas las veces que callaste, para que yo aprendiera con tu silencio. Gracias por enseñarme a dar, a compartir, sin importar si la otra persona merecía recibir o no, porque con tu ejemplo aprendí a cuidar de los demás y a tratar de dar siempre lo mejor. Gracias por darme tu mano cuando lo necesité, por estar siempre cerca, y aún así permitir que tomara mis propias decisiones, mis propios riesgos. Gracias por dejarme decidir, por respetar mis decisiones, por estar ahí cuando estuve en la cuerda floja. Gracias por todo mamá, sin vos me muero.
