
Viento caluroso. Días despejados de la noche a la mañana. Noches en donde escuchas a los grillos. Arena dorada que te quema los pies. Hacer la plancha en el medio del mar. Ese olor que sentís en el aire. Mucha gente en maya. Las sombrillas multicolores que pocas veces las vuela el viento. Los millones de protectores solares. El olor a cloro de las piletas. La arena que se te pega en el cuerpo y no te la sacás más. Muchos, pero muchos anteojos de sol. Bikinis y más bikinis... gordas en bikini. Largas caminatas por la playa a la noche. Sentarse abajo de una palmera. Tomar sol escuchando música. Las aguavivas, algas y cangrejos. Licuados, ensaladas de frutas y sandwiches. Brasileras que te hacen trenzas y tatuajes.
Verano... cada vez falta menos.