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Paraná, Entre Ríos, Argentina
Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.

miércoles, 16 de febrero de 2011

memories

Hay días en los que recordar es como un intento de suicidio. Cualquier palabra, frase, canción, imagen, nos trae a la mente el recuerdo de aquellos tiempos. En ese momento no se puede evitar pensar en que hubiera pasado si las cosas hubieran sido de otra manera. "Todo pasa por algo" es una frase que está en la boca de todos, pero no por eso es mas fácil de entender. Siempre nos cuesta despegarnos de aquello que nos hizo feliz, o al menos, sentir bien; pero si eso no hubiera terminado o cambiado nosotros no seríamos los mismos que somos ahora. No nos habríamos dado cuenta del camino que debíamos seguir, ni de las personas que realmente valen la pena. Creo que, de verdad, todo pasa por algo. No digo que no existan las coincidencias, pero a veces las cosas deben ser de una sola manera, y no tienen alternativa, y aunque al principio nos cueste adaptarnos, a la larga se empiezan a notar las mejoras en nuestra vida: las oportunidades de volver a hacer algo, y hacerlo bien; de incorporar una persona nueva o darle un poco de importancia a alguien que ya estaba en nuestra vida. Animarnos a decir y hacer es algo tan importante como la vida misma, de hecho, nuestra existencia se basa en ambas cosas. El ¿qué hubiera pasado si...? nos deja una sensación tan fea en nuestra mente. Siembra una duda, y las dudas molestan, nos hacen inseguros. Por eso recordar, aunque duela, es un mal necesario. Porque de ese modo ya sabemos que pasaría si calláramos, o si nos quedáramos sentados. Gracias al recuerdo sabemos como actuar, y cuando todo sale bien notamos la mejora.