Renunciar a tonterías por tu gran amor, no desperdiciar ni medio segundo en donde puedes abrazarlo o besarlo. Por más distancia, siempre decirle lo que uno siente. Amarlo, cuidarlo, y respetarlo. El ocupa una gran parte dentro de tu vida, de tu alma y ni hablar… dentro de tu corazón. No le grites, no le pegues. Y si se equivoca, no tomes el camino fácil para aclararle los tantos. Toma el bueno, por más extenso que sea. El pacífico y el con un final feliz. No es bueno estropear relaciones por tonterías. No hay que darle lugar al odio, al olvido, al orgullo o al rencor. Hay que ser más fuertes que ellos, y demostrarle… que nosotros, que nuestro amor, puede contra cualquier monstruo, puede luchar en cualquier batalla y ganar, siempre ganar. Porque lo que más importa… es amar
- Lucía
- Paraná, Entre Ríos, Argentina
- Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.