Movería montañas, no se si me explico... Pararía trenes si hiciera falta por ti. Sabes que no es broma, ni siquiera lo parece. Congelaría volcanes entrando en erupción y me bebería una a una todas las pequeñas dudas impertinentes que se atrevan a cruzar tu cabeza. No es la falta de sueño la que me dicta que estoy sonriendo como nunca lo había hecho antes. Es que el causante del brillo en mis ojos eres tu, y la sensación supera cien mil amaneceres vistos desde el piso cincuenta del edificio más alto de Manhattan.
- Lucía
- Paraná, Entre Ríos, Argentina
- Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.