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Paraná, Entre Ríos, Argentina
Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.

lunes, 27 de julio de 2009

Vuelvo ó quiero creer que estoy volviendo, con mi peor y mi mejor historia. Conozco este camino de memoria, pero igual me sorprendo. Hay tanto siempre que no llega nunca, tanta osadía, tanta paz dispersa, tanta luz que era sombra y viceversa y tanta vida trunca. Vuelvo y pido perdón por la tardanza, se debe a que hice muchos borradores. Me quedan dos o tres viejos rencoresy sólo una confianza. Reparto mi experiencia a domicilio y cada abrazo es una recompensa. Pero me queda y no siento vergüenza ó nostalgia del exilio. ¿En qué momento consiguió la gente abrir de nuevo lo que no se olvida? La madriguera linda que es la vida, culpable o inocente. Vuelvo y se distribuyen mi jornadalas, manos que recobro y las que dejo. Vuelvo a tener un rostro en el espejo y encuentro mi mirada, propios y ajenos vienen en mi ayuda. Preguntan las preguntas que uno sueña, cruzo silbando por el santo y seña y el puente de la duda. Me fui menos mortal de lo que vengo, ustedes estuvieron, yo no estuve. Por eso en este cielo hay una nube y es todo lo que tengo. Tira y afloja entre lo que se añora y el fuego propio y la ceniza ajenay el entusiasmo pobre y la condena que no nos sirve ahora. Vuelvo de buen talante y buena gana, se fueron las arrugas de mi ceño, por fin puedo creer en lo que sueño. Estoy en mi ventana. Nosotros mantuvimos nuestras voces, ustedes van curando sus heridas. Empiezo a comprender las bienvenidas, mejor que los adioses. Vuelvo con la esperanza abrumadora y los fantasmas que llevé conmigo y el arrabal de todos y el amigo que estaba y no está ahora. Todos estamos rotos pero enteros, diezmados por perdones y resabios, un poco más gastados y más sabios, más viejos y sinceros. Vuelvo sin duelo y ha llovido tanto en mi ausencia, en mis calles, en mi mundo, que me pierdo en los nombres y confundo la lluvia con el llanto. Vuelvo ó quiero creer que estoy volviendo, con mi peor y mi mejor historia conozco este camino de memoria, pero igual me sorprendo.