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Paraná, Entre Ríos, Argentina
Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.

martes, 27 de octubre de 2009

Debes llorar todo ese dolor, llorar la tristeza, llorar las tragedias, llorarlo todo. Llorar todo el dolor, sacarlo, porque ocupa un lugar de la alegría, del amor. Cuando lloras no solo lloras el dolor, también lloras el odio, el resentimiento, la frustración, te vacías de todo eso.
Cuando lloras riegas, y tal vez algo florezca. Porque cada lágrima trae una enseñanza, cada lágrima es una parte de ti que muere, cada lagrima es algo de tí que quiere renacer.
Y una vez que lo hayas llorado todo, toda la tristeza, la soledad, comprenderás que las cosas simplemente
son como son, y no por eso han de ser malas. Las cosas son como son, bellas, duras, inexplicables, complicadas. Hay de todo en la vida, obstáculos, alegría, sin sabores… llora mucho, pero luego ríe.