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Paraná, Entre Ríos, Argentina
Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Estoy acostumbrada a buscarle todos los defectos a la perfección. Cada camino que transito no deja de ser más que una ruta rocosa, con miles de piedras que atravesar y trato como siempre de no caerme, aunque tropiezo seguido. Estoy acostumbrada a estos tropiezos porque son parte de mi torpeza, de mi simple forma de ser. A veces me pregunto por qué siempre termino viendo el lado malo a las cosas en vez de ver su lado bueno. Tal vés sea porque en este mundo siempre los defectos se ven más rápido, llaman más la atención que las virtudes. Me lo han dicho algunas veces. Simplemente sea porque es más fácil ver el lado malo de las cosas que el lado bueno, requiere menos esfuerzo. Pero... ¿quién dijo que no sea fácil buscar el lado bueno? Todo depende de cada uno.