"Soy tu caja de secretos, tu silencio y tu pregunta. Soy la luna en la que escondes tus batallas más ocultas. Si tú eres el viaje que nunca podré llevar. Te compraría el sol si estuviera a la venta. Te dejaría una nube para que lo escondieras. Haría un hechizo para que tu alma quisiera mi corazón. Yo sé que mi silencio ahora es tu duda, yo sé que tu duda ahora es mi amargura. No intentes preguntarte quien te escribe esta carta, mejor dejarlo así. Mi único silencio es morir por tí. Ya sé que en tus sospechas tienes que decidir, quien es el culpable de esta inspiración. Pero deja que el tiempo rompa mi temor."
- Lucía
- Paraná, Entre Ríos, Argentina
- Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.