Mi foto
Paraná, Entre Ríos, Argentina
Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Cada uno con sus días. Todos tenemos nuestros días de mala racha. Nuestros días alegres, los malos, los tristes, los buenos. Nuestro mejor y nuestro peor día. El soleado, el nublado. El lluvioso, el caluroso. El día de amigos, el día de novio. Los días en familia, los días de aniversarios. Los días de festejos, los días de cumpleaños. Los días en los que no tenes ganas, y los días en que las ganas te ganan. Los días raros, los normales. Los días en los que no te pasa nada, y los días en lo que te pasa de todo. Los días en los que estás solo, o los días en los que te acompañan. Los días que aprendes, los días que enseñas. Si, todos tenemos nuestros días… pero al fin y al cabo, son todos días. Y esos días son únicos para todos nosotros. No importa cual triste halla sido tu día. Pero lo tuviste. Agradece que lo tuviste. No sé, la vida es así, nos golpea, nos da vueltas y nos da cosas inesperadas. Así que no te encierres y no hagas que tu día sea una búsqueda de tesoros, una sopa de letras o un crucigrama, no… disfruta, viví, hace lo que sentís. Porque el día de hoy, no se repite, no vuelve... nunca. Y porque puede que mañana… no puedas hacer nada.