
Pensaba que la verdadera felicidad era muy difícil de alcanzar. Pero valorando más cosas del día a día, a las personas que tienes alrededor y los pequeños detalles que te proporciona el destino, me doy cuenta que las cosas que me dan mayor felicidad son aquellas a las que antes no les dabas tanta importancia, porque nunca las había tenido, nunca las había conocido o nunca les había prestado atención, aquellas cosas que no tenían importancia. Y poco a poco también me doy cuenta en toda la felicidad que me puede proporcionar una única cosa o una única persona.