Gracias y gracias de verdad. Y ya que dije verdad... creeme que te amo como a nadie, creeme que es verdad cuando te digo que ese cinco de diciembre me cambió la vida, creeme que no quiero que nos separemos. Creeme que me encanta ser tu novia, que amo tenerte como te tengo y que sos lo mejor. Llegaste en el momento más imprevisto y revolucionaste mi vida. Me cambiaste todo, me desacomodaste los pensamientos e incorporaste muchas cosas en mí. Una de ellas y la más hermosa... el saber amar y vivir de a dos. Dos, tres, cuatro, cinco... las que sean, vidas con vos. No me importan las peleas, las discusiones y los celos. Dejo de lado un poco todo eso, lo malo, lo negativo, lo feo... porque lo bueno y todas las cosas que se destacan en nuestra relación... sobre pasa todo y a todos. Las ganas de seguir, de seguir... y de seguir siempre. Las ganas de nunca rendirse, de ir por más y las ganas de amar. Esas ganas, las que no se agotan, las que no terminan, las que no se van. Gracias, de nuevo. Y perdón, por todo, por lo estúpido, lo que no me sale o por simplemente lo que me sale... pero me sale mal. Perdón por mis enojos de todos los días. Gracias por aguantarme siempre. Gracias por todos los momentos que vivimos, de los que disfrutamos y de los que aprendimos. Así como también aprendí muchas cosas de vos, y tal vez... vos de mí. Y así como también me contagiaste y yo te contagie. Y así como nos complotamos. Y así también como cuando nos dimos cuenta... que teníamos que estar juntos
- Lucía
- Paraná, Entre Ríos, Argentina
- Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.