Ya perdoné errores casi imperdonables. Trate de sustituir personas insustituibles, de olvidar personas inolvidables. Ya hice cosas por impulso. Ya me decepcioné con algunas personas, también yo decepcioné a alguien. Ya abracé para proteger. Ya me reí cuando no podía. Ya hice amigos eternos. Ya amé y fui amada pero también fui rechazada. Ya fui amada y no supe amar. Ya lloré escuchando música y viendo fotos. Ya llamé sólo para escuchar una voz. Ya me enamoré por una sonrisa. Ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y tuve miedo de perder a alguien (y termine perdiéndolo)... pero sobreviví y todavía vivo. No sólo existo... todos deberían vivir, aunque la mayoría de la gente existe, eso es todo
- Lucía
- Paraná, Entre Ríos, Argentina
- Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.