No importa de dónde vengas siempre vas a llegar a algún lugar. La gente no tienen sueños, están como amargos, ¿Cómo se puede vivir sin esperanza? Hay algo denso en el aire, como un tempano. ¿No lo ven? Hay algo espeso en el aire, hay olor a amenaza. El aire se puede cortar con cuchillo acá. Todos viven como si nada ¿puede ser que les falle así el olfato? Hay olor a desgracia, y no lo notan, ni se dan cuenta que ya ni esperanza tienen. Algo está viniendo, como el olor a tierra mojada antes de una tormenta. Algo huele mal en Dinamarca decía ‘no se quien’, algo huele mal en el futuro y no lo ven. Algo huele a podrido. Hay que destapar la olla, limpiar el futuro, ventilar el aire viciado. El futuro huele mal por la basura del pasado, hay que desenterrar, sacar los trapitos al sol, porque hay algo en el aire, hay que ventilar, y recuperar la esperanza.
- Lucía
- Paraná, Entre Ríos, Argentina
- Yo creo que nos guiamos por la gente. Quizá para no parecer raros a los ojos de los demás, quizá para ser supuestas personas normales como ellos, o quizá porque tememos ser vistos de una manera diferente, creemos que lo mejor es seguir los pasos de todos. No contradecimos , muchas veces no opinamos. Queremos ser diferentes siendo iguales a todos. Queremos destacarnos y sin embargo primero siempre observamos que pasos dió la otra persona. Tenemos puntos de vistas diferentes, y tantas veces no nos animamos a decirlos, y callamos... callamos mucho. Sin embargo existe la gente capaz de expresar lo que siente sin temor al comentario del otro, gente que es vista como alguien raro y ellos lo saben perfectamente, pero no temen serlo, no temen ser diferentes. Pues esa gente sabe que ellos no son los raros, esa gente sabe que los raros son aquellos que tratan de copiarse entre sí, temerosos de mostrarse como son e incapaces de ser ellos mismos. Tienen la certeza de ser capaces de mostrarse al mundo y aun mejor, a las personas, como realmente son. Raros terminan siendo los que se sienten normales.